Por: Pastor René X. Pereira
PR por la Familia
He escuchado a algunos hermanos en la fe afirmar que no está bien el que nosotros depositemos nuestra confianza en otro ser humano porque eso está mal delante de Dios, y citan el pasaje de Jeremías 17:5 que dice “Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.”. Obviamente lo que hacen algunos es sacar el pasaje completamente de su contexto, y de eso quiero hablar.
Si fuese pecado confiar en otra persona, entonces estaría mal contraer matrimonio y hacer un pacto con nuestra pareja porque es un ser humano que nos puede fallar. Estaría mal también acudir a un médico y confiarle nuestra vida, porque también es otro ser humano. Nuestros padres, hermanos y familiares nos pueden fallar; también sería pecado confiar en ellos.
Realmente el pecado aquí consiste en esperar de los hombres lo que solo Dios nos puede asegurar. En el contexto del pasaje, esto fue dicho a Israel porque abandonaron a Dios y buscaron refugio en naciones paganas como Egipto pensando que sus ejércitos los podrían defender. Mi refugio y fortaleza no puede ser ningún ser humano que puede fallar. Solo Dios es perfecto y solo Él cumple todas sus promesas.
Sin embargo, eso no significa que porque haya la posibilidad de que alguien me falle, voy a vivir desconfiando de todo el mundo y en escepticismo. En una democracia, votamos por seres humanos imperfectos para confiarle los destinos de nuestro país. Estos seres humanos hacen acuerdos y compromisos. Pueden cumplirlos o pueden fallarnos. También pueden surgir situaciones en el camino que les hagan imposible cumplir esos acuerdos.
La realidad es que tenemos ante nosotros este próximo martes una decisión que tomar. Y la verdad en blanco y negro es que de los seis candidatos a la gobernación solo uno hizo un compromiso firmado con el pueblo cristiano. Usted puede desconfiar y dudar de ese compromiso si quiere. Pero es el único que existe porque los otros cinco candidatos no les importó para nada las inquietudes del pueblo de fe.
Sé que algunos critican esto y tratan de arrojar sobras sobre dicho compromiso porque en el fondo prefieren a otros candidatos porque son de su partido o ideología y para ellos eso va primero que todo lo demás. Prefieren a un ateo o un enemigo de la iglesia que les gobierne porque es de su referencia política. Eso sí que es triste. Después tienen la desfachatez de acudir a una marcha frente al Capitolio a protestar por políticas anti cristianas pero van y le dan el voto a los enemigos de los valores en las elecciones; eso sí que es hipocresía.
Iglesia, este próximo 8 de noviembre sal a votar por aquellos que mejor representen tus valores; no por partidos y por colores.
Pastor Rene X. Pereira